Para esta serie se analiza el bombardeo de imágenes publicitarias al que nos somete la sociedad de consumo en la que vivimos. Estamos rodeados de imágenes de alta definición, en las que resulta habitual la saturación cromática. La imagen clara y definida de alto contraste de las pantallas electrónicas, a la que estamos acostumbrados, responde a nuestra demanda visual de precisión y detalle, pero, a cambio, está todo expuesto y no nos deja lugar a la imaginación. Este proyecto pretende pausar la mirada del espectador, velar la imagen y dejar entrever. Para ello se investigan materiales que por sus cualidades traslúcidas tengan la propiedad de matizar. Elegir una técnica tradicional como la encáustica obliga a un proceso experimental pausado y artesanal. En la pintura a la encáustica tradicionalmente se utilizan ceras como base en la que dispersar los pigmentos, siendo así que la mezcla se aplica con calor sobre diferentes soportes. Artistas contemporáneos como Martin Kline o José María Sicilia, entre otros, utilizan la cera o parafinas para aportar texturas y calidades de transparencia a sus pinturas. Valoradas las posibilidades de intervención, se propone que la propia cera sea el soporte o contenedor de diferentes pinturas. En este proyecto la veladura es significante. Se aplica la parafina como una cortina que matiza y difumina las manchas de color para así activar la poética de aquello que emerge más como sugerencia que como imagen dada.
Para este proyecto se ensaya un lenguaje de mancha abstracta y se pintan aguadas de acuarela líquida en papel de arroz, con una paleta limitada de colores que se vierten por azar para permitir que mezclen y construyan manchas que evocan o sugieren paisaje. Se experimenta con parafina, una cera sintética y sólida que con calor se convierte en un material líquido y transparente, vertido sobre la pintura le aporta una capa traslúcida. Añadir otros componentes, como resina dammar, le otorga propiedades de resistencia a la parafina. Un molde realizado para recoger la cera líquida, permite obtener, tras el enfriado, una pieza en volumen, independiente del soporte. De este modo, la parafina matiza los colores de la pintura y permite que la luz intervenga. Para potenciar el efecto translúcido de la cera, detrás de las planchas se ubica una lámpara que levantan las imágenes que subyacen en cada una de ellas. Lo inconcreto, el color, la luz... esta obra ofrece una pequeña pausa para la observación y la imaginación.
Acuarelas contenidas en parafina.
Tres piezas de 21,5 x 14 x 1 cm grosor.
Presentación en Sala Expositiva.
Acuarelas contenidas en parafina
Tres piezas de 18,5 x 9 x 1 cm grosor.
Presentación en Sala Expositiva.
Acuarelas contenidas en parafina.
20 x 20 y 8,5 x 21 x 1 cm grosor
La huella del agua.
30 x 24 x 1 cm grosor
Cera de abejas blanca.
El agua es un temática de gran interés en mi trabajo y a la vez un medio o material más que incorporo a los procesos de producción artística y sobre el que investigo. Es un bien necesario para la vida ya que tiene la capacidad de disolver los nutrientes de la tierra para todos los organismos vivos del planeta. Pero Intervenimos en su ciclo natural y alteramos los cursos fluviales, debido a una sobreexplotación y demanda hídrica insostenible, lo que unido a un clima más cálido y seco contribuye a una mayor desertización. Del mismo modo provocamos un deterioro de su calidad y la contaminamos por la saturación de nitratos de origen agrario y ganadero. Provocar la atención sobre la importancia del agua y evocarla desde su ausencia, tal vez, invite a una reflexión.
Las piezas se realizan mediante la técnica de encáustica y se experimenta la forma y la huella que la fuerza del agua puede provocar. El agua se vierte sobre cera de abejas blanca diluida y de este modo fija su forma e impronta en la cera. En estas planchas no hay color, se aprecia la superficie y textura que el agua define en un intento de mostrar su huella y ausencia.
Tal vez, sea necesario un debate sobre nuestra responsabilidad en este bien en el que intervenimos y sea posible restablecer la calidad, distribución justa y respetuosa con todos los seres de nuestro planeta.
La huella del agua, su ausencia.
30 x 100 cm. Cada placa 30 x 24 x 1 cm grosor.
Cera de abejas blanca.
La huella del agua, su ausencia.
Presentación en Sala Expositiva.
El agua, su ausencia.
30 x 48 cm. Cada placa 30 x 24 x 1 cm grosor.
Acuarela y cera de abejas blanca.